Escultura abstracta tridimensional de tela metálica de acero inoxidable con forma cilíndrica. Medidas: 143 cm de alto por 47 cm de ancho y por 51 de profundidad. Desde la base hasta la parte superior hay unos volúmenes paralelos formando ondas de distintos tamaños creando un juego de luces y sombras y que al moverte crean un efecto moaré. Escultura muy orgánica. En mi afán de representar mis recuerdos y mis vivencias, experimento de manera reflexiva la expresividad del vacío, de la luz y de las sombras proyectadas en el espacio. Fue una de las obra que llevé a SCULTO, Feria internacional de Escultura contemporánea en Logroño.Escultura abstracta tridimensional de tela metálica de acero inoxidable con forma cilíndrica. Medidas: 143 cm de alto por 47 cm de ancho y por 51 de profundidad. Desde la base hasta la parte superior hay unos volúmenes paralelos formando ondas de distintos tamaños creando un juego de luces y sombras y que al moverte crean un efecto moaré. Escultura muy orgánica. En mi afán de representar mis recuerdos y mis vivencias, experimento de manera reflexiva la expresividad del vacío, de la luz y de las sombras proyectadas en el espacio. Fue una de las obra que llevé a SCULTO, Feria internacional de Escultura contemporánea en Logroño.Escultura abstracta tridimensional de tela metálica de acero inoxidable con forma cilíndrica. Medidas: 143 cm de alto por 47 cm de ancho y por 51 de profundidad. Desde la base hasta la parte superior hay unos volúmenes paralelos formando ondas de distintos tamaños creando un juego de luces y sombras y que al moverte crean un efecto moaré. Escultura muy orgánica. En mi afán de representar mis recuerdos y mis vivencias, experimento de manera reflexiva la expresividad del vacío, de la luz y de las sombras proyectadas en el espacio. Fue una de las obra que llevé a SCULTO, Feria internacional de Escultura contemporánea en Logroño.
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É-Panta rei 11
2021, tela metálica de acero inoxidable, 143 x 47 x 51 cm

La serie É – Panta rei es el resultado de la andadura de los «Caminos» con sus «Marañas» de estos últimos años, en la que ha elegido experimentar una transformación interna hecha desde el amor y la libertad de valorar la dignidad de cada individuo, sintiendo que “todo fluye, nada se detiene” en esta experiencia vital de cambio continuo.